por Darío Zarco – Embustero, mendaz, engañador, bolero, farsante, patrañero, fulero, falsario, son algunos de los sinónimos de “mentiroso” que ofrece el botón derecho del mouse.
Capitanich tiene la necesidad imperiosa de ser considerado sobrenatural. De que todo lo bueno sea gracias a él y todo lo malo culpa de otros.
Miente sí o sí para convencernos de que la vida comenzó el 10 de diciembre de 2007 con su llegada al Gobierno, y que se detuvo en 2015 cuando finalizó su segunda gobernación, y que tras un mandato el averno resucitamos en 2019 cuando fue electo por tercera vez.
Y aplica a todo la fórmula de los “4 años de paralización”.
Su absolutismo es tal que ni siquiera cabe un discurso grietero. No permite “nosotros” y “los otros”. Los otros directamente no existen.
Dice “nuestra gestión: 2007-2015 y 2019-2023”. Borró la gobernación de su partidario Domingo Peppo. Sin embargo lo forrea para su récord de “la primera vez que un mismo signo político tiene 4 mandatos consecutivos”.
“¿Usted reconocerá las obras de la actual gestión?”, le preguntó Julio Wajcman unos días antes de asumir. “Sí, por supuesto, es lo que corresponde, yo soy muy respetuoso de eso”, dijo.
La semana siguiente inauguró escuelas a las que les arrancó las placas de Peppo para poner las suyas. Y entregó viviendas que dijo que estaban paralizadas cuando sólo habían dilatado la entrega para atribuírselas a él y a Alberto Fernández en su primera visita presidencial al Chaco.
Lo mismo ocurrió, también junto a Alberto, a la hora de habilitar el Acueducto de El Impenetrable, construido mayormente durante la gestión anterior.
A gacetillazos intentó imponer la idea de que la obra comenzó en 2013 y estaba casi lista a fines de 2015, pero fue paralizada durante el gobierno de Mauricio Macri, hasta que él regresó en 2019 para “poner al Chaco de pie” y “mejorar la calidad de vida de los chaqueños”.
Pero la comunicación oficial, su talón de Aquiles, volvió a fracasar.
En realidad en 2013 se llamó a licitación.
En 2014, siendo jefe de Gabinete de Cristina Fernández, encabezó la apertura de sobres en la Casa Rosada para evitar la foto del vicegobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff, entonces a cargo de la Gobernación. En ese acto, antes que nada, le agradeció la obra a José López, el de los bolsos.
Y a fines de 2015 el ducto recién venía en camino. La planta de Misión Nueva Pompeya era un baldío con los primeros movimientos de suelo, y la de Wichí-El Pintado ni siquiera eso. En 2016 el mismo Capitanich había cruzado a Macri diciendo que la obra había comenzado a mediados del año anterior y tenía financiamiento asegurado.
El sitio oficial del Gobierno del Chaco mostró en aquel momento a Capitanich en una visita a la obra incipiente. Y a Peppo a fines de 2019, en el mismo lugar, con un avance del “98 por ciento”.
Este martes fue un calco: Capitanich recibió al ministro de Obras Públicas de la Nación: Gabriel Katopodis, y al jefe de Gabinete: Santiago Cafiero, para inaugurar la Planta de Tratamiento de Efluentes Cloacales del Área Metropolitana del Gran Resistencia.
En otro fallido el sitio oficial confesó que la obra fue “financiada por el Banco Mundial”, y en el mismo párrafo denunció “en el periodo 2015-2019, la falta de financiamiento del gobierno de Mauricio Macri”.
En realidad la obra comenzó en 2014 y al final del segundo gobierno de Capitanich todavía no había tomado forma.
Una mano negra pretendió abrir un paréntesis para detener el avance pero la maniobra no cuajó.
El movimiento de maquinarias y su ego lo llevaron a supervisar los trabajos, ya en su calidad de intendente de Resistencia: “Estamos en el 80 por ciento de avance”, calculó trepado a su camioneta. Exageró el porcentaje, preocupado por su hándicap.
Como en el Acueducto de El Impenetrable, en la Planta de Tratamiento Cloacales, ambas financiadas por el Banco Mundial, dijo que todo fue gracias a Néstor que la ideó, a Cristina que la inició, y a Alberto que permitió finalizarla. Y a él, obviamente.
Pero sobra con guglear imágenes satelitales para conocer la verdad a groso modo. O tipear una palabra clave en la lupita de Facebook para ver detalles aportados por las empresas constructoras, o sus técnicos u operarios, contratistas, subcontratistas, proveedores…
Por ejemplo: en 2017 la compañía local Melmix montó una campaña publicitaria en las redes cuando fue contratada para el concluyente ítem Hormigón.
Mentira: Afirmación que una persona hace consciente de que no es verdad.
fuente: HDP Noticias