Las lluvias que llegaron a destiempo para algunos cultivos y que incluso siguieron en este mes de abril que se termina, generan marcada expectativa en los productores agrícolas chaqueños que en su mayoría comienzan a inclinarse por la siembra de girasol.
A la par del clima, la cuestión vinculada a la guerra en el Mar Negro con la invasión de Rusia al principal productor de girasol del mundo, Ucrania, el mercado internacional comienza a marcar indicios y en estas tierras donde el oleaginoso había comenzado a crecer, otra vez retornan las expectativas por su siembra.
«PENSAMOS EN UNAS 500.000 HECTAREAS DE GIRASOL»
La subsecretaria de Agricultura del Chaco, Flavia Francescutti, consideró que el ánimo de los productores chaqueños orienta su preferencia al cultivo de girasol, y que en cuyo marco «si bien en quince días recién se irán trazando las perspectivas, no es descabellado pensar que podríamos superar holgadamente las 500.000 hectáreas de girasol».
A la par, sostuvo que las lluvias generalizadas «alientan también la siembra de trigo, con todo lo que esto implica y ahora hay indicios que de intensión de siembra podríamos tener entre 200.000 a 230.000 hectáreas de trigo, si las condiciones ambientales así lo permiten».
EL DILEMA QUE SE PLANTEA SIEMPRE EN ESTA FECHA
Ya a fines de este mes de abril comienzan las preguntas sobre los cultivos venideros. Si bien no son muchas las opciones, simplemente se habla de Trigo y Girasol, cultivos cualesquiera que son sembrados posteriores al cultivo de soja.
En varias ocasiones en charlas con productores, la primera pregunta que se da es: «¿Subirá el precio del girasol?» en víspera de la planificación de la futura siembra. Se torna algo habitual pensar en cómo estará el cereal o la oleaginosa en el futuro para tomar una decisión de siembra.
Si bien es importante hacerse esa pregunta por cuestiones lógicas, creo la decisión de siembra pasa por otro lado y tiene que ver con un análisis económico desde el punto de vista técnico-agronómico.
«Es este el momento, y más allá del escenario mundial, debemos sentarnos un par de horas con nuestro técnico de confianza a analizar los escenarios posibles para los cultivos ya mencionados, y de esta manera tomar la decisión que creemos más acertada ante el contexto económico que se vive actualmente», dice el ingeniero agrónomo Wilson Kramer, ante la consulta de NORTE RURAL.
Es de suma importancia que cada productor o cada empresa realice esta práctica «porque bien sabemos que existen diferencias y están directamente relacionadas con la dimensión de la actividad, la zona productiva que nos encontramos, la calidad de los suelos donde pensamos realizar el o los cultivos y algo no menor, el nivel tecnológico que se piensa utilizar en estos cultivos».
Cuando se habla de nivel tecnológico estamos haciendo referencia simplemente a: que híbrido usar (Ciclo, Materia Grasa esperada, Tipo de aceite, Densidad a utilizar) y fertilización, pensando en el girasol. Si nos inclinamos al trigo pensaremos en que material se adapta mejor en la zona, y si es necesaria una fertilización.
De esta manera, planteamos dos escenarios, uno para el cultivo de trigo y otro para el cultivo de girasol. En este último el análisis hay que tener en cuenta que los costos varían año a año y se ajustan al tipo de cambio. Los valores de comercialización varían con resoluciones (caso impositivo) y específicamente el flete es tomado de la CATAC.
fuente: Diario Norte