Después de las violentas manifestaciones de la semana pasada en el Juzgado de Paz de El Sauzalito, pidiendo celeridad en la investigación del femicidio de la adolescente Jorgelina Reinoso, hubo una serie de versiones cruzadas sobre lo ocurrido.
La jueza Sandra Pérez había denunciado que tanto ella como el personal fueron agredidos verbal y físicamente, y privados de su libertad al impedírseles salir del lugar una vez cumplido su horario laboral el mediodía del miércoles. Recién pudieron hacerlo durante la madrugada del jueves y tras ser conminados a firmar un “acuerdo en blanco”, tal como lo describió la magistrada.
Mientras, el Gobierno provincial negó que la manifestación que encendió fuego en la puerta del Juzgado para bloquearla, haya impedido que la jueza se retirara con total normalidad. También negó que haya sido agredida. Y, basándose en el informe del jefe de la comisaría local, dijo que la protesta fue pacífica y que al finalizar los manifestantes se retiraron con total normalidad.
El jueves el procurador general Jorge Canteros, la ministra de Seguridad: Gloria Zalazar, el subsecretario de Seguridad y Justicia: Leandro Álvarez, y la secretaria de Derechos Humanos y Géneros: Silvana Pérez, se reunieron en El Sauzalito con los responsables de la manifestación en una “asamblea”, como lo denominó el Gobierno provincial.
Nada se informó oficialmente sobre las conclusiones del encuentro, hasta ahora, cuando Canteros contó que quienes reclamaban el esclarecimiento del asesinato de Jorgelina Reinoso exigen la renuncia del fiscal multifueros de Misión Nueva Pompeya: Francisco Morales Bordón, ahora de licencia, de a jueza de Paz de El Sauzalito, Sandra Pérez, que no tiene intervención en la causa, y del secretario del Juzgado.
Encerrada y agredida
El procurador dijo también que la jueza pudo haberse sentido intimidada y privada de su libertad por la manifestación en la puerta, y comparó que él mismo vivió situaciones similares y prefirió no salir para resguardar su integridad y evitar un gesto de provocación.
También admitió la agresión física a la funcionaria, aunque agregó que no llegó a concretarse porque cuando una de las personas intentó atacarla, fue cubierta por el comisario.