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Murió Carlos Menem

Feb 15, 2021

El velatorio se realiza en el Congreso. Cristina Kirchner recibió al cortejo fúnebre y Alberto Fernández fue a darle su adiós. También Eduardo Duhalde, Daniel Scioli, Sergio Massa y Miguel Pichetto acompañaron a la familia. Hasta la medianoche la capilla ardiente estuvo abierta al público, que podrá acceder otra vez este lunes desde las 7. Luego, por la tarde, sepultarán al ex Presidente en el Cementerio Islámico de San Justo.

Carlos Saúl Menem, fue el hombre que más tiempo gobernó la Argentina de manera ininterrumpida. Activo en política casi hasta el final, el expresidente había llegado a participar en las primeras reuniones virtuales del Senado a raíz de la pandemia de coronavirus, en su papel de representante de La Rioja, cargo que mantenía desde el 10 de diciembre de 2005. Pero una neumonía severa diagnosticada el 13 de junio, que se agravó por sus problemas diabetes, deterioró mucho su salud en las últimas semanas. Estuvo primero en el Instituto Argentino del Diagnóstico (IADT) y luego en el Sanatorio Los Arcos, de Palermo.

Según trascendió por fuentes oficiales, el expresidente será velado a partir de hoy en el Salón Azul del Senado de la Nación. Después de un momento íntimo reservado para su familia, la Capilla Ardiente comenzará a las 20; el público deberá ingresar por la explanada del Congreso, en la avenida Rivadavia y Entre Ríos.

A pedido de la familia el funeral en el Congreso estará cerrado a la prensa y será transmitida por la señal de Senado TV. Se espera que tanto el presidente Alberto Fernández como la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Cristina Kirchner, pasen a dar su pésame a los familiares de Menem.

Minutos después de haberse conocido la muerte de Menem, referentes de todos el arco político lo despidieron. Entre ellos, el presidente Alberto Fernández, quien decretó tres días de duelo nacional y expresó su «profundo pesar» por el fallecimiento del riojano.

«Siempre elegido en democracia, fue gobernador de La Rioja, Presidente de la Nación y Senador Nacional. En dictadura fue perseguido y encarcelado. Vaya todo mi cariño a Zulema, a Zulemita y a todos los que hoy lo lloran», escribió Fernández en su cuenta de Twitter para despedir al exmandatario.

Asimismo, Alberto Kohan, quien supo ser titular de la cartera de Salud durante sus gobiernos. «No voy a olvidar jamás los años que pasé con él», dijo, y destacó: «Se lo va recordar como uno de los grandes presidentes que tuvo la Argentina, con sus defectos y virtudes».

Nacido en Anillaco, La Rioja, el 2 de julio de 1930, hijo de inmigrantes sirios, Menem estudió abogacía en Córdoba (1949-1955) y desplegó desde muy joven una carrera política en el peronismo de su provincia. Llegó a presidirlo en 1963. La proscripción del justicialismo le impidió competir por cargos electivos en esa década. En 1973 ganó las elecciones locales y se convirtió en gobernador, cargo del que fue removido por la dictadura en 1976. Estuvo detenido buena parte de ese período.

Con el regreso de la democracia, en 1983, recuperó con una amplia mayoría de votos la gobernación de La Rioja y empezó a construir una carrera de dirigente nacional, apegado a una imagen de caudillo tradicional -sus largas patillas como símbolo- tamizada por su vinculación apasionada con el mundo de la farándula.

Contra todo pronóstico, derrotó a Antonio Cafiero en 1988 en la única elección interna del peronismo para definir un candidato presidencial. Al año siguiente fue elegido presidente frente al radical Eduardo Angeloz, con el 48% de los votos. Sus promesas eran «salariazo» y «revolución productiva». Asumió de forma anticipada el 8 de julio, en medio de una gravísima situación económica y social. Después de casi dos años caóticos de hiperinflación y desequilibrios, lanzó de la mano de Domingo Cavallo el plan de convertibilidad que signaría su gestión, uno de los períodos de mayor estabilidad de precios en la historia del país.

La transformación de los 90

Su gobierno promovió la desregulación de la economía y la privatización de las principales empresas públicas, en un proceso oscurecido por infinidad de sospechas de corrupción. Bajo su mandato se produjeron los peores atentados en suelo argentino (Embajada de Israel y la AMIA). Y, por su impulso, se reformó la Constitución, fruto del Pacto de Olivos, sellado con Raúl Alfonsín. Gracias a ese cambio, pudo ser reelegido en 1995 (con casi el 50%).

Cumplió 10 años y medio de gobierno continuado, sin lograr su sueño de otra reelección, un proyecto que intentó a pesar de la prohibición legal. A su salida, en diciembre de 1999, la economía sufría una recesión, con efectos dramáticos en el empleo y la pobreza, que anticipaba el drama de 2001. Pero pudo entregarle la banda presidencial a Fernando de la Rúa con la paridad peso-dólar intacta.

Las condenas

En 2001 estuvo casi seis meses preso en una quinta de su amigo Armando Gostanian, acusado en la investigación por la venta ilegal de armas a Croacia y a Ecuador. Por esa causa fue juzgado y absuelto en 2011. La Cámara de Casación revocó el fallo y se le aplicó una condena a siete años de prisión. Pero otra sala de Casación terminó por absolverlo en 2018, después de una apelación a la Corte, por considerar que se había vencido el «plazo razonable» para el dictado de una sentencia firme.

En 2015 fue condenado a cuatro años y medio de prisión en una causa por supuesto pago de sobresueldos. El año pasado fue absuelto en el juicio por el encubrimiento del atentado contra la AMIA y, poco después, le dieron tres años y nueve meses en una causa por presunto fraude en la venta del predio de la Sociedad Rural, en Palermo. Ninguna de las condenas quedó firme y, gracias a los fueros parlamentarios, siguió siempre en libertad.

Su último intento de llegar al gobierno fue en 2003. Con el peronismo dividido, quedó en primer lugar en las elecciones del 27 de abril (24,4%), pero decidió no competir en el ballottage contra Néstor Kirchner, consciente de que le resultaría imposible alcanzar la mitad más uno de los votos.

En 2005 llegó al Senado y, salvo un frustrado intento por volver a ser gobernador de La Rioja, en 2007, su ambición política se fue apagando. Poco a poco dejó de ser el enemigo público del kirchnerismo, al punto de convertirse primero en un aliado inconfesable para el gobierno de Cristina Kirchner en el Senado y después, en los meses finales, en un miembro oficial al Frente de Todos.

Tuvo cuatro hijos. Dos de su primer matrimonio, con Zulema Yoma: Carlos Jr. (fallecido en 1995 un episodio investigado por la Justicia) y Zulemita; uno fruto de su relación con Martha Meza, Carlos Nair; y el último, Máximo, con su segunda esposa, la conductora televisiva chilena Cecilia Bolocco.

Sus últimos años los pasó en un departamento del barrio de Belgrano, donde lo asistió siempre su hija. Mantuvo el contacto permanente con colaboradores de su gestión presidencial e incluso había recuperado el diálogo con sus grandes rivales, como Eduardo Duhalde.