Un policía que vive en el barrio Ginés Benítez de Roque Sáenz Peña denunció una fiesta clandestina el fin de semana y luego él y su madre fueron agredidos por sus vecinos, cuando la mujer fue interceptada en un kiosco por algunos de los asistentes a la reunión.
La denuncia fue realizada en la Comisaría Cuarta y da cuenta sobre la presencia de gran cantidad de personas, de bebidas alcohólicas y de música a un volumen alto.
Alrededor de las 3 del sábado, solicitaron la presencia policial y una vez en el lugar, los uniformados pidieron a los propietarios de la casa que bajen el volumen de la música, se fueron y la fiesta continuó.
Luego, el policía vio que su vecino junto a menor de 14 años arrojó distintos elementos hacia su casa e impactaron en la pared, techo y ventana y después lo insultaron.