“El objetivo de la norma es darle al voluntariado un marco jurídico acorde a los nuevos tiempos, incluir las distintas modalidades de voluntariado, el rol del beneficiario y los principios y valores rectores de la actividad. Con esta ley estamos recategorizando el accionar del voluntariado y dotando al Estado de las herramientas necesarias para poder colaborar con el tercer sector y establecer lazos de cooperación” subrayó.
Resaltó: “Los jóvenes a través del voluntariado colaboran cabalmente en la concreción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En este último tiempo hemos tenido que afrontar grandes retos, estamos en un contexto desafiante a nivel global donde debemos trabajar en brindar habilidades estratégicas, resilientes y creativas para enfrentar al impacto socio-económico que dejará la pandemia y que nuestros jóvenes puedan ser agentes de cambio en el avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a fin de mejorar sus comunidades y la salud del planeta”.
La ONU ha señalado que las organizaciones dirigidas por jóvenes necesitan ser fomentadas y empoderadas ya que, con compromiso político y recursos adecuados, los jóvenes tienen el potencial de hacer más efectiva la transformación del mundo en un lugar mejor para todos.
“Francisco decía que cuando un joven cae, en cierto sentido cae la humanidad. Pero también cuando un joven se levanta, es como si se levantara el mundo entero” y agregó que “la Juventud tiene una potencialidad única, transformadora de la realidad. Por eso es nuestro deber escuchar y hacernos eco de sus propuestas, para lograr incidir positivamente en su desarrollo y promover su participación activa en la sociedad”, concluyó.