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Cuanto hemos retrocedido

Abr 13, 2022

por RAÚL S. VINOKUROV – Hay dos índices muy importantes, entre otros, que reflejan con absoluta claridad la realidad del país e incluso permiten presumir el futuro no muy lejano, ellos son Pobreza y Educación. La relación entre ambas es muy estrecha. La nula o mala educación conduce a la pobreza y en la mayoría de los hogares más pobres e indigentes, la educación no es la principal preocupación.

El INDEC publicó los índices de pobreza correspondientes al segundo semestre del año pasado, dando como media nacional que el 37,3 % de los argentinos es pobre, dentro de los cuales hay un 8% en la indigencia, ni siquiera llegan a ser pobres, con las consecuencias de todo tipo que esta situación provoca. Esos porcentajes significan alrededor de 14 millones de personas de los cuales alrededor de 2 millones de argentinos son indigentes. Si logramos visualizar las cifras en personas tendremos una mejor comprensión de esta tragedia.

Se puede observar también que la pobreza puede ser mayor o menor según la provincia o región que se analice y esta es una cuestión histórica. Así tenemos que para el Gran Resistencia, el índice es del 52% seguido de Concordia con el 51,5%.

Cuyo con casi el 43% supera al NEA y NOA que registran alrededor del 39%. El gobernador de Corrientes aseguró que la pobreza en su provincia es superior a lo informado por el INDEC y en el Gran Mendoza llega al 44,6 %.

La inflación cada vez más descontrolada, la falta de políticas que posibiliten significativamente la generación de empleos formales, la enorme cantidad de subsidios y planes que hoy no solo resultan insuficientes, sino que además aumentan del déficit del Estado, dan el necesario contexto a los números nada fríos del INDEC.

El segundo índice a analizar es el referido al nivel de educación. Hay datos que surgen del trabajo “Desgranamiento y aprendizajes desiguales: las dos caras de la misma moneda”, del Observatorio de Argentinos por la Educación.

“A nivel nacional, de cada 100 estudiantes que comienzan la escuela en primer grado, solo 53 llegan al término de la secundaria en el tiempo esperado, es decir 12 años”. De ese total solo 16 terminan a tiempo logrando resultados satisfactorios de aprendizaje en Lengua y Matemáticas. El 25 % de los estudiantes del último año de la escuela secundaria tienen sobre-edad.

Al igual que la pobreza, las desigualdades regionales son notorias y según el informe Tierra del Fuego (71%), Ciudad de Buenos Aires (66 %) y La Rioja (61 %), tienen la mayor proporción de alumnos que culminan sus estudios dentro de los plazos normales. Paralelamente San Juan (38%), Corrientes (38%) y Misiones (39%), tienen los peores índices.

Si se suman edad correcta y conocimientos adecuados, San Juan (8%), Catamarca y Corrientes (7%), Misiones (6%) y Chaco, Formosa y Santiago del Estero (5%), marcan los peores índices, según Sergio España, uno de los autores del informe. Si agregamos los resultados de las Pruebas Aprender, todas las conclusiones se agravan. Estamos está cada vez más abajo en el nivel educativo en Latinoamérica. Lamentablemente Argentina fue excluida de las Pruebas Pisa por que se denunció manipulación de la información elevada a los organismos internacionales para mejorar la posición en el ranking general de países.

Con la pobreza estructural que tenemos, con los niveles cada vez peores en lo que hace a educación, no es difícil prever el futuro. Una minoría ilustrada, con el adecuado nivel económico, formará la futura clase dirigente del país. Hoy no hay programas sustentables a nivel estatal que nos hagan ser un poco optimistas.

Llevará mucho tiempo, teniendo todas las herramientas adecuadas que hoy no están, salir de esta situación y mejorar así la realidad socio-educativa que padecemos. En algún momento hay que comenzar, y eso dependerá de todos nosotros, haciendo cada uno, lo que debe hacer.