12 de marzo de 1927 – 2009
Por Dr. Carlos Salom – Al cumplirse 95 años del nacimiento del Presidente Raúl Ricardo Alfonsín, como parte de los argentinos que tuvimos la oportunidad de militar en la Unión Cívica Radical, de conocerlo, de ser parte de su proyecto de país, de llevar en alto sus banderas y las de la UCR, teniendo como premisa los valores democráticos y la paz, quiero rendir mi humilde homenaje a este prohombre de la política argentina.
Para todos los argentinos que vivimos aquel 10 de diciembre de 1983 es imborrable el sentimiento nacional por la liberación que significaba volver a la democracia y a vivir en paz luego de los años más oscuros vividos en nuestro país.
Don Raúl, representó la esperanza de todo un pueblo, más allá de las preferencias políticas de la época, de consolidar la institucionalidad y el respeto por los derechos humanos, en un país sin discriminación, con mayor equidad e igualdad entre los argentinos, sobre la base del respeto y la tolerancia, para nunca más tener que volver al pasado, y así, reconstruir y sostener las instituciones de la república con “cien años de democracia”.
Hoy recordamos a este estadista que marcó una época, que nos comprometió a miles de argentinos, jóvenes y adultos a hacer de la política un mecanismo para el bienestar general, de manera pluralista, donde todos podamos ejercer nuestros derechos y sepamos hacernos cargo de nuestros deberes.
Por estos tiempos, necesitamos más que nunca aferrarnos al legado del Presidente Raúl Alfonsín y recuperar el camino de la honestidad, el respeto por las instituciones, el espíritu democratico, con dignidad, y combatir de manera ferviente el enemigo más nocivo por estos días: la prebenda, el negociado y la corrupción, que tanto daño nos hace al multiplicar la pobreza, la indigencia y la inmoralidad.
En este nuevo aniversario de su nacimiento, quiero elevar al cielo una plegaria por el descanso eterno de nuestro prócer radical y militante de la democracia, quien junto con otros como Alem, Irigoyen, Illia y muchos más, con su legado, nos marcan el norte político, plagado de convicciones democráticas y de vocación de servicio hacia nuestra sociedad.