Luego de las PASO, a la incontrolable situación con la inflación se le sumó una devaluación que llevó adelante el ministro de Economía, Sergio Massa. Esto provocó que distintos productos y servicios sufran un abrupto y significativo incremento, esta vez llegó el turno de los remises.
Agosto contó con un doble aumento en los combustibles y finalmente el servicio de pasajeros, sumergido ya en una crisis, tuvo que reajustas sus tarifas. Las mismas aumentaron un 20% y ahora la mínima no baja de los $ 600.
Según explicaron a Diario Chaco desde el sector «se trató de mantener nuestras tarifas porque sabemos que nuestros pasajeros también están en una crisis». Pedro Amarilla, secretario general del Sindicato de remiseros de la provincia del Chaco, manifestó que están pasando un momento complicado y que se las ingenian para mantener la fuente de trabajo.
Es que los costos diarios para los conductores se incrementaron, pero también el de la compra de cubiertas, repuestos y Revisión Técnica Obligatoria. Fuente: Diario Chaco